EL CICLO COMBINADO ENTRE LA LUNA PROGRESADA Y SATURNO
Núria López
Tengo 35 años, y el interés que me ha llevado a investigar sobre el tema de los ciclos y a centrarme en éste en especial, es primordialmente personal. Sin embargo, creo que sería de utilidad que los astrólogos tuviesen en cuenta este ciclo combinado al interpretar una carta natal, por ello lo expongo en este foro. Pasado el retorno de Saturno (!Oh! !El temible retorno!) y el retorno del Sol a los 33, me sentí huérfana de acompañamiento planetario. En la literatura astrológica más al uso, me quedaba esperar a los 42 para experimentar la oposición de Urano a Urano natal. Siempre existían los ciclos «menores», por ejemplo la cuarta conjunción de Júpiter a su posición natal. Pero yo andaba buscando algo más global, algo que contuviera en si mismo la esencia de una vida. Los ciclos de los planetas transpersonales eran demasiado largos, y precisamente, eran «transpersonales» (más allá del alcance de la vida de una persona); por ello los descarté.
Mi elección, estrictamente personal, se decantaba por la Luna Progresada; reivindicando con ello tanto mi propia feminidad como el escaso papel que -así lo siento- se otorga a la Luna en la Astrología de este final de siglo. Conozco también las progresiones del Ascendente (Progresión de la Edad de B. Huber, o C-60 de Demetrio Santos). Sin embargo, este punto siempre tiene el inconveniente de precisar una hora de nacimiento exacta o una adecuada rectificación de la carta natal. Yo soy una de las muchas personas cuya hora de nacimiento, por mucho que revise el Registro, es aproximada. Y en el asunto de la rectificación, cada vez que reviso el tema, obtengo un resultado distinto (Con ello no pretendo criticar la técnica, sino mi propia falta de objetividad y de pericia).
La Luna, por su velocidad diaria de +- 14 grados, no es tan variable como el Ascendente, pero sí lo es más que cualquier otro cuerpo celeste. Por lo que me ofrece un cierto grado de personalización en su ciclo progresado que no obtendría si utilizase por ejemplo, el Sol, (+- 1 grado de velocidad diaria). Sin embargo, la cualidad elusiva de la Luna, hacía que me faltase algo para «concretar» lo que los ciclos de ésta insinuaban. Y evidentemente, para » concretar» no hay nada mejor que Saturno. Tras 5.000 años (por decir poco) de Astrología, no puedo decir que haya descubierto algo nuevo. Durante años, he leido cuanto ha caido en mis manos sobre los ciclos de la Luna y sobre el ciclo de Saturno. Considerados ambos de los más importantes para describir el período de vida de un ser humano. Y, a pesar de observar con curiosidad la quasi- coincidencia entre el primer retorno de Saturno y el primer retorno de la Luna progresada, no se me ocurrió la idea de que ambos ciclos podían unirse hasta que también lo vi por escrito, apenas referenciado, en un libro. Y aquí interviene otro detalle de subjetividad, personal e intrasferible, que añade otra justificación a la elección del tema que deseo compartir con ustedes: soy psicóloga y mi orientación dentro de las multiples tendencias de la Astrología es la Astrología Psicológica. Y psique o alma es otro de los muchos nombres de la Luna. Así que, una vez encajadas las piezas, pasemos a ver qué puede aportarnos, como personas y como astrólogos, este ciclo combinado entre la Luna y Saturno.
EL CICLO COMBINADO ENTRE LA LUNA PROGRESADA Y SATURNO
a) El ciclo de la Luna progresada
Recordemos primero los conceptos.
El ciclo de la Luna progresada desplaza ésta a través de la carta natal, alejándola de su posición inicial, formando aspectos con esta posición de partida, hasta que vuelve a ella aproximadamente a los 28 años de edad. Si llegamos a la vejez, podemos esperar repetir este ciclo tres veces, e incluso un poco más. La Luna describe la puerta física a través de la cual llegamos a este mundo, lo hacemos a través de un cuerpo de mujer, el de nuestra madre. Asimismo, refleja nuestra naturaleza emocional, que está formada tanto por la información codificada en nuestros genes como por la relación que establecemos primordialmente con nuestra madre. Ella es el espejo en el que proyectamos nuestros sentimientos, hasta que nos convertimos en seres independientes, en adultos. Lo que sucede en las primeras etapas de la infancia se convierte en nuestros hábitos y comportamientos adultos. Así, por un lado, repetiremos esos hábitos y comportamientos a lo largo de nuestra vida. Pero, por otro lado, la Vida -simbolizada por la Luna Progresada- nos llevará hacia nuevas experiencias, hacia nuevas personas; mientras va entrando y saliendo de signos y casas al recorrer la carta natal.
El ciclo de la Luna progresada no es un círculo, más bien es una espiral. Porque aunque siempre haga referencia al pasado, nos lleva hacia el futuro. Los aspectos que la Luna progresada hace con la natal (en especial las conjunciones, cuadraturas y oposiciones) tiene que ver con nuestras relaciones interpersonales, muestran momentos cruciales, decisiones a tomar, en nuestro desarrollo interno. Las circuntancias y personas que nos rodean en esos momentos son como una puerta, que puede llevarnos al pasado, a la repetición de nuestros hábitos emocionales; o al futuro, a lo desconocido, donde hallaremos nuevas libertades y nuevas responsabilidades.
A nivel simbólico, se dice que en el primer retorno de la Luna Progresada, nacemos de nuevo. Durante los primeros 28 años, el territorio era virgen, nos abríamos camino en las emociones de la vida. Cuando emprendemos el segundo y tercer ciclo, pasamos de nuevo por los viejos lugares ya con conocimiento, por lo que tenemos la oportunidad de navegar más conscientemente que la primera vez, por nuestra propia vida emocional.
b) el ciclo de Saturno… y su sincronicidad con la Luna Progresada
Las etapas del ciclo de Saturno nos hablan de la forma, de la estructura y de las responsabilidades de una vida. Saturno nos indica dónde hay que trabajar, qué tipo de trabajo hay que realizar y cómo podemos obtener la excelencia (o la maestría) en ese trabajo.
Como el ciclo de Saturno en tránsito tiene casi la misma duración que el de la Luna progresada, podemos unirlos entre si. En los primeros 29 años están muy interconectados y así, la primera cuadratura de la Luna a su posición natal corresponde con la primera cuadratura de Saturno; etc. Las posibles variaciones en este esquema dependen de la velocidad de la Luna el día del nacimiento. Pero en el momento del primer retorno, Luna y Saturno están a una distancia temporal de dos años entre si. Y, al envejecer, los dos ciclos se separan más y más. En el segundo retorno, la separación temporal es de cinco años. Y en el tercero, son ya siete. Siempre es la Luna la que retorna a su posición natal antes que Saturno. Esto nos indica que nuestro desarrollo emocional (Luna) precede a las manifestaciones más externas de nuestro desarrollo personal (Saturno). Entendiendo aquí a Saturno como el formador de la estructura (o carácter) de la Personalidad.
c) El ciclo combinado en detalle
La primera cuadratura (a 6-7 años de edad).
Es un punto crucial del desarrollo, tanto emocional como social. Aun no se es un adulto, pero tampoco se es un «bebé». Es una etapa donde el niño o niña empiezan a distinguir su yo del de los demás, empiezan a «saber» las cosas, desean ser independiente. Se sienten muy curiosos acerca de los demás, quieren saber quienes son, qué hacen, etc. El niño o la niña se dan cuenta que pertenecen a algun lugar, a una familia, a una comunidad.
La primera oposición (13-14 años)
Primero la Luna y luego Saturno marcan la entrada en la adolescencia, un momento que en las sociedades primitivas se marcaría con el ritual de la entrada en la adultez, incluso con la posibilidad del matrimonio. Las hormonas despiertan la sexualidad y la necesidad que marca la Luna es de alejarse de la madre tanto como se pueda para empezar a vivir la propia vida. Los adolescentes se enamoran y se des-enamoran, se sienten heridos o traicionados.
Al llegar la oposición de Saturno, la estructura de la vida ha cambiado debido a las relaciones que han establecido con los demás.
La segunda cuadratura (21-22 años)
Coincide con la primera cuadratura de Urano a Urano natal. La persona es consciente de su potencial, del valor y utilidad que puede tener en Sociedad. Se está en el tramo final para convertirse en miembro de pleno derecho de la Sociedad: posibilidad de votar, integración en el mundo laboral, formar una familia… en suma encontra un lugar definido en la estructura social. Suena mucho a Saturno, pero si miramos a la Luna, en la fase anterior se estaba buscando el reflejo de uno mismo en el exterior, ahora, con la cuadratura «de vuelta» la mirada emocional se gira hacia lo interior. Se desea reencontrarse, protegerse, para no perderse en el mundo externo.
El primer retorno (28-29 años)
El retorno de Saturno es un largo proceso, coincide con una re-evaluación de la vida y de todo lo que ha sucedido hasta el momento. Unas veces es un momento de cambios. Otras veces es un período de crisis. El retorno lunar (sucedido unos meses antes que el retorno de Saturno) abre la puerta a nuestro yo más íntimo, a la revelación de algo fundamental en nuestra propia naturaleza. Cierto autor lo describe perfectamente: Saturno y Luna son el Ying y el Yang, el uno del otro. Saturno materializa, es el contenedor que lo que ha aportado el retorno lunar. El retorno lunar es el momento en que nos damos a luz y entramos en una nueva dimensión de auto-conocimiento. Si Saturno nos habla de tomar la responsabilidad de conducir nuestra vida, el retorno lunar nos muestra de qué debemos tomar la responsabilidad, de nuestro yo interno, a la vez heredado y a la vez construido por nosotros mismos.
El segundo ciclo :
la primera cuadratura (32-34 años)
Gracias a haber vivido el ciclo anterior, poseemos un poco más de poder de elección, puesto que poseemos el conocimiento de lo ocurrido en el pasado y la experiencia de la vida transcurrida. Si el retorno de Saturno parecía habernos fijado en una posición social o personal. Ahora la cuadratura pone en peligro esa posición alcanzada, sobretodo a través de las relaciones importantes en nuestras vidas. Podemos sentir que algo falta en nuestra vida y lo buscamos en las personas que nos rodean al igual que hicimos a los 7 años de edad. Tal vez busquemos en esas personas en una nueva familia, una nueva comunidad que refleje mejor nuestro yo interno. Tras la fase emocional, Saturno realizará el trabajo estructural que reflejará lo sucedido emocionalmente.
la oposición (42-43 años)
Junto con la oposición de este ciclo, suceden en el lapso de unos pocos años, la cuadratura de Neptuno a su posición natal, la oposición de Urano y, para algunos, la cuadratura de Plutón. La Psicología llama a esta etapa de la vida «La crisis de la mediana edad». En el ciclo anterior, estamos entrando en la adolescencia, así que en este podemos esperar una especie de rebelión; que incluso puede coincidir con la llegada a la adolescencia de nuestros hijos. Se abre un futuro incierto y nuestra alma (o yo interior) busca en el exterior para despertar partes de nosotros mismos que nos son todavía desconocidas conscientemente.
la segunda cuadratura (48-49 años)
Astrologicamente aparece un tercer factor importante, el primer y único retorno de Quirón a los 50 años, que nos revela nuestra mortalidad (la única herida de la que no podremos curarnos). A nivel de Saturno y Luna, el movimiento aquí es parecido al sucedido en el primer ciclo: hay un regreso a nuestro interior tras buscar en las relaciones y en el mundo interno lo que nos faltaba. Como rebuscando, otra vez, nuestro centro y nuestro equilibrio interno.
el segundo retorno (a 54 años la Luna, a los 58 Saturno)
El retorno lunar conlleva, como siempre, nuevas relaciones emocionales con las personas que nos rodean. Puede coincidir con el nacimiento de nietos. Hay tiempo para explorar estas nuevas relaciones porque el retorno de Saturno no ocurrirá hasta unos años más tarde. Volveríamos a hablar de renacimiento, a nivel emocional. Ahora hay que establecer una nueva relación con el tiempo y con la eternidad (tras el retorno de Quiron y el declive físico, el planetamiento de la muerte es inevitable). Algunas personas no necesitan de los acontecimientos externos para ello, otras van a necesitarlos para aceptar la necesidad de prepararse para la vejez.
El tercer ciclo
Opino que este tercer ciclo debe ser el más metafísico de todos. No me atrevo a teorizar acerca de sus contenidos desde una perspectiva (mis 35 años) tan lejana. Intuyo sus contenidos en las memorias de algún personaje famoso, en este caso de Jung, cuando dice al final de su auto-biografía: Así pues, la ancianidad es una limitación. Y sin embargo, existen tantas cosas que me satisfacen: las plantas, los animales, las nubes, el día, la noche y lo eterno en el homre. Cuanto más inseguro sobre mi mismo me sentía, más crecia en mí un sentimiento de afinidad con todas las cosas. Sí, se me antoja que aquella singularidad que me ha separado del mundo durante tanto tiempo hubiera emigrado a mi mundo interno y me hubiera revelado una inesperada ignorancia acerca de mí mismo.
BIBLIOGRAFIA (a grosso modo): DARBY COSTELLO : The Astrological Moon. LIZ GREENE : Los Luminares. Saturno. C.G. JUNG : Sueños, Recuerdos y Pensamientos. BETTY LUNDSTED : Planetary Cycles. AMALIA RAMIREZ : Pedir la Luna. DANE RUDHYAR : El Ciclo de las Lunaciones.